Checa mostró un magnífico dominio de las partituras, a tal grado que dirigió las obras de memoria, y que con sus firmes y enérgicos movimientos de la batuta, se permitió arrancar a los ejecutantes, desde los acariciadores, graciosos y melódicos pianos, hasta los magníficos y vibrantes fortísimos que sonaron con majestuosidad, más la variedad de ritmos propicios para expresar cada momento de la emoción musical. Impresionó por su gesto cabal y sus movimientos justos que impusieron su autoridad desde el principio para conducir las obras con la observancia de las intenciones de los autores. Orquesta Filarmónica de Honduras.
© 2016 - Carlos Checa
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